NOCTURNO
La noche se desliza por las estepas,
Las manos de las nubes pasan por el horizonte
Y las tinieblas duermen,
En impresionante calma,
Bajo las alas del silencio.
Sólo se oye el zureo de las palomas,
El murmullo gimiente de los arroyos
Y un ruido de pasos en la oscuridad
Que caminan suavemente.
Me siento, entregándome a la calma de la noche,
Contemplo el color de las tristes tinieblas,
Lanzo mis cantos al espacio
Y lloro por todos los corazones ingenuos.
Oigo los susurros de las palomas,
La lluvia que cae en la noche,
Los gemidos de una tórtola en la oscuridad
Que canta a lo lejos en las ramas
Y la queja lejana de un molino
Que gime en la noche y llora de fatiga.
Sus gritos atraviesan mis oídos
Y va a morir detrás de las colinas.
Escucho... sólo se oyen las plantas.
Miro... sólo se ve oscuridad.
Nubes, silencio y una noche triste.
¿Cómo no sentirme afligida?
La vida para mí es como esta noche:
Tinieblas, melancolía, desesperanza,
Mientras los demás sueñan con claridad
En una profunda e impresionante noche.
Llanto continuo de la naturaleza,
Silencio de las tinieblas, gemido de los vientos,
Suspiros de la brisa vespertina,
Lágrimas del rocío en los ojos de la mañana.
Veo en las riberas de la desgracia
A la multitud de afligidos,
El cortejo de los hambrientos
Ahuyentados por los aullidos del destino,
Sin poder pronunciar palabras de despedida.
Escucho: sólo los sollozos
Mandan su eco a mis oídos
Por detrás de las fortalezas y sobre las praderas.
Entonces, ¿quién puede cantar conmigo?
En el futuro portaré mi lira,
Lloraré la desgracia del universo
Y declamaré mi compasión por su infortunio
A los oídos del cruel tiempo.
Traduzido do árabe por María Luisa Prieto
Del poemario: Enamorada de la noche (1945)
Fonte: Poesia Árabe
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